Empezando esta nueva aventura, mis expectativas fueron bajas al principio y fueron cambiando rápidamente al llegar a Perú. Hoy conocemos la hermosa ciudad inca de Cusco.
Siendo de Ecuador, un país hermano, tenía la impresión de que Perú iba a ser un país muy similar al mío y que las atracciones planeadas iban a ser muy parecidas a las que ya había visitado en Ecuador… no sabía que al llegar a Cusco todo esto iba a cambiar.
Post escrito por Sil
Instagram: @sil31d
Con fotos de Sil y Nicolás
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Llegada a Cusco
Llegamos a un aeropuerto modesto y pequeño, al retirar las maletas no serán más de 7 metros caminando hace la salida donde dirigiéndose por el pasillo peatonal nos interceptaron 5 personas que operaban taxis. Como recomendación de viaje, teníamos idea de que había que regatear un poco con cada precio y que el taxi hacia nuestro B&B era aproximadamente 10 soles. Un taxista nos indica que el nos ofrece por 20 soles, así que le dijimos lo que estábamos dispuestos a pagar y por ahí apareció Don Freddy (lo pueden contactar al WhatsApp +51-974-545-157), un señor de taxi que nos ofrece hacer el recorrido por 12 soles.
El trayecto fue medio, no muy largo, en un ciudad donde tiene sus partes desérticas, y sus contrastes urbanos. Varios negocios y restaurantes pequeños, así que un tráfico leve y se siente una paz. Esa paz que no es totalmente de pueblo, pero que tampoco es un estrés de ciudad. Al llegar a la calle de nuestro B&B se presentan varias escaleras, y sabemos que tenemos que subir todo eso para llegar, eso es muy típico de las casas construidas al estilo colonial. Al finalmente entrar, nos encontramos con una casa típica, muy linda, donde en el centro funciona una cafetería y a la entrada son dos puertas donde nos estaríamos hospedando. Al no percatarnos del horario de check in estábamos muy temprano, así que nos ayudan guardando las maletas bajo llave para que podamos empezar nuestro recorrido por la ciudad.
Este hospedaje lo pueden ver aquí: https://www.airbnb.com.ec/rooms/23436474
Primer día: Cusco
Después de volver a descender todo ese graderío, empezamos a ir al centro de Cusco, por calles angostas, paredes altas y callejones de piedra que de inmediatamente empiezan a transportar en el tiempo. Mientras mas nos acercábamos, mas llena se empezaba a poner cada callejón, con turistas por todos lados, y con negociantes callejeros que ofrecen desde juguetes de plástico para niños, hasta una mujer peruana con su traje típico con una alpaca bebe para una foto inigualable. De repente, al salir de uno de los callejones se abre el centro de la ciudad al fondo, con sus catedrales majestuosas y una plaza atestada de gente. Habíamos llegado en la celebración del Corpus Christi, una celebración católica, en la cual varios actos religiosos de Cusco tomaban lugar justo en la plaza central.
Al acercarnos para tomar fotos, un vendedor de tours se nos acercó para preguntarnos si queríamos tomar el tour bus de la ciudad, una vez negociado el precio, nos indico a donde ir para seguir con el tour. Éramos un grupo de aproximadamente 10 turistas, entre chilenos, mexicanos y colombianos, y nuestro tour líder una chica que nos explico la historia de la catedral central.
Luego caminamos hacia el templo de Qoricancha y finalmente nos llevó al tour bus. El bus empezó a ir por calles principales de la ciudad, donde se observaban las universidades, rotondas y esculturas coloridas hasta que comenzamos a salir de la ciudad. Ascendimos, por una carretera pequeña donde el paisaje a desierto se acentuó hasta pasar por una ruinas y ver campos agrícolas.
Nuestra primera parada fue una casa de campo convertida en un comedor local donde ofrecían choclo con queso (los granos de choclos, casi median un centímetro cada uno, los más grandes que he visto) y un queso fresco con textura un poco cauchosa y muy buen sabor. Ahí nos presentaron a un shaman, quien invocó a los espíritus de la naturaleza para hacernos una limpia y atraer fortuna en el amor, trabajo y dinero. El paisaje de los alrededores, fue impresionante, muchas montañas verdes, pero al fondo siempre la cordillera con sus picos de nieve.
Al regresar, pasamos por el Jesús que cuida a la ciudad de Cusco, con la explicación que fue un regalo de la comunidad Palestina a la ciudad. Es un mirador para apreciar el área verde de los alrededores.
Al regresar a la ciudad muchas personas locales estaban reunidas en la plaza central, donde continuaban las celebraciones del Corpus Christi, ya que la tradición dicta que los santos de todo el pueblo tiene que reunirse en la plaza principal, una celebración colorida, bandas de pueblo y todo los Cusqueños reunidos para esta celebración.
Al decidir dónde cenar, Cusco tiene restaurantes grandes y pequeños para todos los gusto y bolsillos. Nosotros queríamos ir a uno que nos habían recomendado amigos peruanos y al estar ya cerrando nos recomendó que fuéramos a otro, llamado Bocca. El lugar muy lindo, detalles de madera y un servicio al cliente increíble. Ya que somos lo que se conoce como “foodies” queríamos pedir la comida típica de Perú y nos aventuramos con una gallina a la huancaína y una hamburguesa de alpaca (no nos odien, solo queríamos probar).
De regreso al hotel, nos esperaba una habitación hermosa, un pequeña sala de estar con un sofá y un closet, y una habitación con una cama amplia y un baño privado y un te de coca de bienvenida. El dueño del lugar nos preguntaba siempre a que hora íbamos a salir el día siguiente, para poder dejarnos en una bolsa de papel kraft el desayuno.
Cusco, segundo día: TREN INCA RAIL – AGUAS CALIENTES
Altura
3.339 metros
Equipo
Ropa cómoda, chaqueta ligera fácil de guardar, pantalón flexible de excursión, zapatos para trekking, gorra y gafas de sol, protector solar, papel higiénico, hojas o caramelos de coca (opcional), dinero, y botella pequeña de agua y pasaporte.
Tiempo aproximado
3 horas en autobús, 5 horas de ida y regreso a la montaña
La mayoría de excursiones que son fuera de Cusco empieza temprano en la mañana, Don Freddy y su taxi, nos esperaron a las 4 am en la calle para trasladarnos por 45 mins a una ciudad cercana a la estación de tren de Poroy. La estación estaba ya llena con varios turistas que también iban hacia Aguas Calientes.
Al abordar el tren, nos dimos cuenta que viajaremos en lo que Inca Rail llama el tren panorámico, tiene ventanales en el techo donde se puede apreciar los paisajes montañosos de la ida.
Después de una hora de viaje, hubo un “servicio a bordo” donde era un desayuno con un muffin, café, té o agua en medio de hermosos paisajes de la sierra.
El recorrido continuó por alrededor de otra hora, cuando hubo otro servicio a bordo, esta vez con galletas, frutos secos y la misma selección de bebidas ofrecidas anteriormente.
Ya casi a la llegada de la tercera hora, el tren para en una represa, donde ya se escucha que estamos a minutos de llegar a la estación de Aguas Calientes.
Aguas Calientes
Al salir de la estación del tren, hay un mercado artesanal a las afueras, y descendiendo y cruzando por uno de los puentes que conectan a la ciudad, se encuentra un pequeño puesto de madera donde se venden los tickets de bus hacia Macchu Picchu. El ticket cuesta aproximadamente $25 dólares, y son varios buses que salen apenas uno muestre la entrada al parque (que también puede ser comprada ahí) y el ticket de bus. El recorrido dura más o menos 20 minutos y es una subida vertiginosa de por lo menos 12 curvas cerradas.
Al llegar, hay una entrada enorme donde varios guías ofrecen sus servicios y es la entrada final a Macchu Picchu. Todo el terreno es de tierra y césped, recomendable llevar zapatos cómodos y muchas ganas de subir y bajar escalones. El lugar es impresionante, desde el principio sabíamos que nos tomaría por lo menos 3 horas en recorrer todo lo de abajo, hay seccione en la parte superior que se tiene que pagar un extra para ascender.
El clima estaba perfecto, ni tan cálido ni tan frío hacer que decidimos primero ir por fotos en la parte media donde se toman varios ángulos para poder ver la majestuosidad de las ruinas en toda su gloria.
Después descendimos, y era pasajes de lo que antes eran casas y habitaciones. Es una construcción impresionante uno no puede pensar que en lo alto de la montaña y sin la tecnología actual hayan construido tal complejo de terrazas, casas y áreas comunales hace tanto tiempo y con tanto detalle.
Lo más hermoso, es cuando entre las subidas y bajadas uno se encuentra con los animales típicos de esa zona, las alpacas que son muy amigables con el público y algunas hasta piden caricias a los visitantes.
Las ruinas son un conjunto de varias habitaciones, donde se ven sus canaletas, con sus áreas verdes y con ventanas hacia un hermoso escenario con montañas y al fondo de montañas nevadas.
A la salida de la visita, hay un techo simple con una mesa, donde uno mismo se puede poner el sello de visita del Macchu Picchu en el pasaporte, un recuerdo muy original.
Al bajar nuevamente a Aguas Calientes, fuimos de visita la plaza central, donde el ambiente es de estar perdido en el medio de las montañas, pequeños restaurantes, pequeñas tiendas, una iglesia y un monumento de bienvenida a Macchu Picchu, por el Inca que realizó la construcción Pachacútec.
Nuestro tren partía de vuelta a las 2:30 cuando, se anuncia en la pequeña estación de tren que hubo un descarrilamiento así que no se sabía a qué hora sería el próximo tren y lo tomamos con tranquilidad hasta que llegue… así que con una mesa y una Cusqueña esperamos pacientemente por 4 horas…
Al regreso, nuestro tren se tomó 3 horas más, así que Don Freddy nos espero hasta casi las 10pm para regresarnos para dos horas más de regreso a Cusco y ayudarnos a reservar el siguiente tour hacia la montaña de colores el día siguiente.
Cusco, tercer día: MONTAÑA DE COLORES
Altura
5.200 metros
Equipo
Ropa abrigada, chaqueta gruesa, sweater/saco grueso, pantalón de excursión (si es imposible impermeable), doble par de medias, zapatos para trekking, gorra y guantes de invierno, gafas de sol, protector solar, papel higiénico, hojas o caramelos de coca, dinero, y botella pequeña de agua (si es posible una muda de pantalón).
Tiempo aproximado
3 horas en autobús, 5 horas de ida y regreso a la montaña
Una vez más estábamos afuera en la calle listos a las 4am para embarcarnos en el bus que nos llevaría hacia la montaña de colores, en un viaje de aproximadamente 3 horas. Una vez más el servicio al cliente increíble, no entregaron mantas para ir durmiendo durante el viaje.
Al despertar, llegamos a una casa en medio de las montañas, pero esta vez las montañas eran de colores rojos, amarillos con cumbres cubiertas de nieve. Nos habían vendido un tour de caminata de 2 horas, sin embargo, un guía de montaña experimentado nos confesaría que era de dos a tres ascensos donde alcanzaremos los 5.200mts de altura. Después de un delicioso desayuno rico en calorías que ayudarían con los ascensos, el bus nos llevo 15 minutos más dentro de la montaña para comenzar nuestra excursión.
La primera es un trekking plano, se aprecia mucho el paisaje y se va divisando los colores de las montañas de alrededor, se pasa por la entrada principal y por el único baño en toda la caminata que son cuatro puertas de madera improvisada, y un hueco en el suelo.
La siguiente es una subida, que tiene más menos una duración de 20 minutos, y es ahí donde la altura empieza a afectar y viene siendo útil las hojas de coca, que como aclaración es algo natural, nada procesado, no es alucinógeno y ayuda mucho a dar energía al cuerpo.
En la segunda subida, obviamente la altura afecta mucho más, ya se empiezan a ver a las personas rezagadas, especialmente las que viven a nivel del mar y no están acostumbrados a estas alturas, hay que recalcar que mientras menos altura, las moléculas de oxígeno están más esparcidas, por lo cual se vuelve más difícil respirar. Siempre es bueno tomarse descansos, así sea por cortos periodos de tiempo para poder darle al corazón un pequeño descanso.
En la última subida, comenzó a nevar, era una nieve fina pero extensa ya no se podía ver muy bien los alrededores, y los colores rojos y amarillos de la montaña se iban tornando rápidamente todo blanco. Uno de nuestros guías nos recomendó no intentar el siguiente ascenso (y tampoco lo íbamos a seguir por el cansancio) así que hay un señor vendiendo comida ahí a la intemperie.
Decidimos comer lo que él llamaba “Chicharrón con papas” envés de trucha frita con un café, ya que el frío es ventoso y húmedo por la nieve. Realmente fue una de las mejores decisiones para recuperar fuerzas y energía que necesitábamos para el regreso.
Regresando, las bajadas si se hicieron resbalosas por la nieve, la cual paraba, pero a su regreso había más viento, más frio y menos visibilidad. La nieve se iba quedando prendada de nuestra mochila, en nuestros zapatos y en nuestro pantalón, así que todas las prendas expuestas quedaron mojadas (depende mucho de la temporada, pero los locales indican que no se sabe cuando puede nevar, es un clima impredecible).
Quizás no logramos ver tanto de los colores de la montaña, ni llegamos a la cima, pero igualmente desde que comienza la caminata los escenarios naturales son impresionantes, y yo quede satisfecha… no se diga de la nieve… amo la nieve …
Al regresar al autobús, todos estábamos mojados, unos más que otros y es ahí donde la mudada extra ayuda. Volvimos a parar en la misma casa donde desayunamos para un almuerzo típico de la tierra, comida deliciosa y orgánica cosechada y preparada por lo locales, para después tomar el bus una vez mas 3 horas de vuelta a Cusco.
La llegada al Cusco fue aproximadamente a las 7:40 pm donde fuimos a visitar el mercado artesanal de la ciudad, un lugar con muchos colores y perfecto para comprar recuerdos y accesorios de casa.
Justo al cruzar una de las calles principales, había un desfile de varios chicos y chicas vestidos con ropa típica y colorida que bailaban al ritmo de las bandas que les seguían. Un espectáculo inesperado, que causaba un poco de caos en el tráfico pero que a nadie parecía molestar.
A la hora de la cena, decidimos ir por algo típico y llegamos al Museo del Pisco, y lugar acogedor con mesas de madera y el servicio al cliente peruano. El pisco es servido en varias maneras, con frutas, con otros licores, con chicha morada… las opciones son interminables. Además, hay una carta de comida, en la cual nos decidimos por las picadas que estuvieron exquisitas.
Cuarto día: LIMA
Regresando a Ecuador, tuvimos 8 horas en Lima, donde aprovechamos para tomar el Lima Airport Express e ir al barrio de Miraflores. Lima tiende a ser nublado, y al parecer llegamos en invierno. Miraflores, es moderno con edificios deslumbrantes un parque amplio con vista al mar.
Desayunamos, en un restaurant con vista al mar para continuar nuestro recorrido a pie por el área, donde llegamos de casualidad a un parque donde había ¡Gatos! Gatos por todos lados, de todos los colores y tamaños, los pobres habían sido abandonados en el parque o llegado ahí de las calles de la ciudad.
Es un buen momento para tomarse un descanso, sentarse en el suelo y aliviar el estrés con caricias a estos animalitos. En el medio del parque había un kiosko donde se podía donar dinero para la compra de comida y mantenimiento de estos animalitos.
Siguiendo por las calles, se veían grandes iglesias, grandes plazas y centros comerciales de marcas conocidas como Ripley, Falabella o supermercados de Cencosud. Así mismo, marcas estadounidenses como Banana Republic, Victoria’s Secret, GAP, y muchas más en esta misma área.
Fue un viaje de descubrimiento, y de sorpresas, de comida rica e inusual en cuál nos quedamos por conocer aún más lo que esta área de Perú puede ofrecer. Espero en el futuro poder regresar a completar todas las visitas pendientes.
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