Analizamos la actualidad de la industria aeronáutica, sus respectivas perspectivas en tiempos de pandemia y de una crisis global.
Sin duda, vivimos la peor crisis de salud, económica y social de la historia de la humanidad, pero hay sectores que se han visto más afectados que otros, la industria aeronáutica es una de ella.
Concretamente, podemos hablar de la industria aérea y turística, siendo estas las más golpeadas a nivel mundial y la recuperación ha iniciado, a un ritmo lento, con algunos panoramas más optimistas, pero con otros que ven un futuro aún muy lejos de volver a la normalidad.
En este contexto, al momento vemos como aún decenas de países mantienen sus fronteras cerradas o cuentan con fuertes medidas restrictivas como requisitos de pruebas y cuarentena aún aplicándose, pese a estar viviendo esta pandemia por más de 1 año y 6 meses.
Los países que intentan volver a la normalidad permitiendo el regreso del turismo bajo algunas condiciones como la presentación de un carné de vacunación completo, dan la pauta para la reactivación y muestran una luz al final del túnel, pero esto podría ser temporal.
Con preocupación se ve la amplitud de la amenaza de la variante Delta del coronavirus, que podría poner un nuevo freno y retos para la industria aérea que ve en el verano europeo el esperado inicio de la real recuperación.
El año 2020 cerró con una caída acumulada del 41.7% de vuelos versus el 2019, con su pico más bajo a mediados de abril del año pasado y habiendo mostrado una leve mejoría por temporada alta de viajes en diciembre de 2020 según datos del prestigioso portal Flight Radar 24.
Desde la reanudación paulatina de los vuelos se ha podido ver un incremento de la demanda gracias a la ligera flexibilidad de algunos gobiernos, pero a un ritmo menor del esperado debido a que los países que abrieron volvieron a poner restricciones y los que no han cambiado sus políticas tampoco han logrado una mayor confianza en los usuarios para ver un fuerte incremento de vuelos.
Esta situación no ha sido igual en todos los países, por ejemplo, China y Estados Unidos lideran la recuperación de sus vuelos domésticos y medidas flexibles son las que han permitido que los usuarios puedan volver a volar llegando al récord de más de 2 millones de pasajeros diarios.
Con casi 5 millones de empleos en riesgo a nivel mundial, los desafíos para la industria aérea pasan por recuperar la confianza de los viajeros como primer paso, seguido por la necesidad inminente de inyectar capitales frescos a sus cuentas bancarias, sean esto con la venta de boletos, como con créditos estatales y privados.
Pero los retos no terminan aquí, dado que la confianza se ha demostrado desde el día uno de la pandemia, volar es seguro, pero la economía global está fuertemente golpeada y se necesitan medidas en conjunto con los gobiernos para impulsar el regreso del turismo, viajes de negocios y todos los viajeros que durante el 2019 marcaron un año histórico para la industria.
Con la reducción de nómina, ajuste de destinos y puesta en tierra de miles de aviones, las aerolíneas han sido capaces, las que aún sobreviven, en sostener una operación que genere ganancias, donde gracias al vuelco de sus vuelos hacia el segmento de carga le ha dado una segunda vida a muchas empresas, evitando la quiebra y liquidación.
Lejos está la industria aérea de salir de la crisis actual, pero el optimismo se siente en el ambiente con la formación de nuevas aerolíneas, lanzamiento de nuevas rutas y los pedidos de nuevas aeronaves anunciadas por los grandes grupos aéreos mundiales que en conjunto serán clave para la recuperación más que esperada.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo – IATA nos da pautas de una recuperación que parecería ser poco más rápida que lo esperado inicialmente:
- En 2021, se espera que el número mundial de pasajeros se recupere al 52% de los niveles anteriores a COVID-19 (2019).
- En 2022, se espera que el número mundial de pasajeros se recupere al 88% de los niveles anteriores a COVID-19.
- En 2023, se espera que el número mundial de pasajeros supere los niveles anteriores a COVID-19 al 105%.
- Para 2030, se espera que el número de pasajeros a nivel mundial haya aumentado a 5.600 millones. Eso sería un 7% por debajo del pronóstico anterior a COVID-19 y una pérdida estimada de 2-3 años de crecimiento debido a COVID-19.
- Después de 2030, se espera que los viajes aéreos se desaceleren, debido a una demografía más débil y un supuesto de referencia de una liberalización limitada del mercado, lo que arroja un crecimiento anual promedio entre 2019 y 2039 del 3,2%. El pronóstico de crecimiento anterior a COVID-19 de IATA para este período fue del 3.8%.
Aunque la perspectivas es positiva, los retos a corto plazo se mantienen y la incertidumbre sobre el avance de la pandemia mantiene a la industria en una situación de constante preocupación sobre lo que semana a semana sucede, afectando su planificación y planes de recuperación de sus respectivas redes de destinos.
Por ahora, lo importante es despegar y mantener el lento ascenso hacia la recuperación.