La NASA y Boeing producirán el avión de pruebas denominado como X-66A, el cual buscará reducir las emisiones de la industria aérea.
El nuevo X-plane busca crear una posible nueva generación de aviones de pasillo único más sostenibles, el caballo de batalla de las aerolíneas de pasajeros de todo el mundo. En colaboración con la NASA, Boeing construirá, probará y volará un avión de demostración a gran escala con alas extra largas y delgadas estabilizadas por puntales diagonales, conocido como concepto Transonic Truss-Braced Wing.
El futuro está en el NASA X-66A
El X-66A es el primer avión X enfocado específicamente en ayudar a los Estados Unidos a lograr el objetivo de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero de la aviación, que se articuló en el Plan de Acción Climática de la Aviación de los Estados Unidos de la Casa Blanca.
Boeing y la NASA colaborarán con las aerolíneas estadounidenses para asesorar el proyecto de demostración de vuelo sostenible (SFD) y el desarrollo del avión de investigación X-66A. Como parte de una nueva coalición de sustentabilidad, Alaska Airlines, American Airlines, Delta Air Lines, Southwest Airlines y United Airlines brindarán información sobre eficiencia operativa, mantenimiento, características de manejo y compatibilidad de aeropuertos.
Las aerolíneas de Estados Unidos ofrecerán comentarios a lo largo del proyecto, que incluyen:
- Diseño: las aerolíneas participantes compartirán comentarios sobre operaciones sostenibles y compatibilidad de aeropuertos. Si bien el X-66A tendrá una envergadura de 145 pies, el diseño TTBW podría ser utilizado por aviones de diferentes tamaños y misiones y puede beneficiarse de las puntas de las alas plegables para adaptarse a la infraestructura aeroportuaria existente.
- Simulación y pruebas de laboratorio: los pilotos de aerolíneas tendrán la oportunidad de experimentar el X-66A a través de un simulador de vuelo y evaluar las características de manejo del vehículo.
- Pruebas de vuelo: los equipos de operaciones y mantenimiento de la aerolínea evaluarán el X-66A a medida que se realicen modificaciones en el avión. Las pruebas de vuelo están programadas para 2028 y 2029 en el Centro de Investigación de Vuelo Armstrong de la NASA en la Base de la Fuerza Aérea Edwards.
Para el X-66A, la USAF proporcionó la designación de una aeronave que valida tecnologías para una configuración de ala reforzada con armadura Transonic que, cuando se combina con otros avances en sistemas de propulsión, materiales y arquitectura de sistemas, podría resultar en hasta un 30% menos consumo de combustible y emisiones reducidas en comparación con el mejor avión de su clase actual.
Debido a su uso intensivo, los aviones de pasillo único representan hoy en día casi la mitad de las emisiones de la aviación en todo el mundo. La creación de diseños y tecnologías para una versión más sostenible de este tipo de avión tiene el potencial de tener un profundo impacto en las emisiones.
La historia de la NASA con la designación del avión X se remonta a la década de 1940, cuando su agencia predecesora, el Comité Asesor Nacional para la Aeronáutica (NACA), creó conjuntamente un programa de aviones experimentales con la Fuerza Aérea y la Marina. El X-66A es el último de una larga línea de aviones X de la NASA.
Para el Demostrador de Vuelo Sostenible, la NASA tiene un Acuerdo de Ley Espacial Financiada con Boeing a través del cual la agencia invertirá $ 425 millones durante siete años, mientras que la compañía y sus socios contribuirán con el resto de los fondos, estimados en alrededor de $725 millones. La NASA también contribuirá con experiencia técnica e instalaciones.