Un estudio reveló que lograr la meta de neutralidad en la emisión de carbono aumentaría los costos operativos entre un 8% y un 18% al 2050 para la industria aérea.
Uno de los objetivos de la industria aérea es reducir su huella de carbono y lograr emisiones netas cero para 2050 mediante la implementación de nuevas tecnologías. Un reciente estudio de Bain & Company evidenció que es poco probable que se logre, especialmente si el tráfico aéreo sigue creciendo más rápido que el PIB mundial.
2050: un objetivo distante y costoso
De acuerdo con la consultora, los esfuerzos de las aerolíneas para descarbonizar aumentarán los costos operativos entre un 8% y un 18% para 2050 y erosionarán significativamente los márgenes de ganancias. Si a ello se suma que los precios sostenibles del combustible de aviación para ese año seguirán siendo de dos a cuatro veces más altos que el promedio histórico del combustible para aviones, el panorama no es favorable. En Bain explican que un camino más realista para avanzar en este proceso tiene relación con tres ámbitos clave:
- Mejorar la eficiencia de los motores y de los aviones: es un factor fundamental para avanzar en una industria sostenible y duradera en el tiempo. Esto porque, según la investigación, esto permitiría reducir las emisiones de CO2 en un 43%. No obstante, aseguran que “es poco probable que la industria tome estas medidas para reemplazar las flotas antes de lo previsto”.
- Optimizar las operaciones tanto en el aire como en la tierra: incorporando el combustible sostenible de aviación (SAF por sus siglas en inglés) a mayor escala, se podrían reducir las emisiones de CO₂ hasta en un 23%. Sin embargo, el informe revela que, sin un cambio en las políticas gubernamentales actuales, el suministro total de SAF se limitará aproximadamente a 135 millones de toneladas métricas (Mt) en 2050, lo que equivale a aproximadamente el 35 % de la demanda proyectada de combustible para aviones a nivel mundial.
- Incorporar elementos sostenibles en la operación: para ello las aerolíneas pueden pensar en aviones ecológicos propulsados por hidrógeno o electricidad. No obstante, es importante considerar que ambas tecnologías requieren de un alto nivel de inversión y de cambios sustanciales en la infraestructura aeroportuaria y la arquitectura de las aeronaves para permitirles reemplazar una parte sustancial de las flotas existentes en los próximos 30 años. Por esto se estima que su impacto podría disminuir en menos de 5% las emisiones de CO2 en la fecha estimada.
Por otra parte, han surgido propuestas relacionadas con la compensación de carbono como una solución alternativa para alcanzar la carbono neutralidad. Bain & Company indica que las aerolíneas pueden compensar las emisiones residuales comprando bonos para aminorar el impacto de los gases de efecto invernadero, pero aclara que no sería suficiente para lograr la meta propuesta. Por esto, el sector deberá buscar múltiples soluciones a la descarbonización si quiere lograr los objetivos. Para ello, la consultora destaca que el sector debe:
- Desarrollar una estrategia para garantizar un suministro asequible de SAF. Esto puede incluir la inversión en la producción de combustible (compra, construcción o asociación) y la defensa de una regulación justa o subvenciones para los SAF.
- Replantearse los planes de renovación de la flota, teniendo en cuenta el coste de la descarbonización y los cambios en la dinámica competitiva, incluidos los diferentes mandatos regionales para los SAF.
- Mitigar el aumento de costos de explotación aumentando la densidad de cabina, revisando los ciclos de renovación de la flota, ajustando el uso de la misma y el número de asientos, y revisando los planes de red como medidas que maximizan los servicios.
El debate queda abierto, pero sin duda pese a los desafíos, la industria aérea es la que más hace e invierte para lograr el objetivo de carbono neutral.