En esta publicación rendimos homenaje al personal que es clave para el funcionamiento y seguridad de la industria aérea, nos referimos a los mecánicos de aviones.
Post escrito por: Guillermo Casalins
Ingeniero Aeronáutico
Fundación FIA
La industria aeronáutica es la más segura de todas, el transporte aéreo es líder en seguridad y buena parte de eso depende del sector de fabricación y mantenimiento, no obstante todo a su alrededor es importante para mantener ese récord.
Mecánicos de aviones
Ciertamente el vuelo de una aeronave es algo maravilloso, mágico; es algo que el ser humano ha añorado desde siempre. No podemos lograrlo por nuestros propios medios, entonces dependemos de una máquina para hacerlo, un ingenio que se ha desarrollado por más de un siglo pero que ha sido tan vertiginoso que ya hay máquinas en marte y saliendo del sistema solar, y más increíble aun, huellas humanas en la superficie de la luna.
La primera vez que estuve en la cabina de un avión, en el viejo terruño (Valledupar) solo tenía 11 años y me había escapado para ir a ver aviones en el aeropuerto local, al lado había una pista de fumigar con un par de piper pawnee de tubo y tela, me subí al ala y vi todos los instrumentos, fueron unos minutos de felicidad, antes de que me sacaran del lugar, pero el mal ya estaba hecho, quede enamorado de la máquina, mucho más que cuando las veía pasar muy bajitas por mi casa.
Pensaba que aquellos que las construían eran seres sobrenaturales y los que las arreglaban también, unos años después me convertí en uno de ellos, después de estudiar en una escuela del estado colombiano El SENA, el centro nacional de mecánica de aviación, en la ciudad de Barranquilla.
Un grupo de jóvenes de diferentes regiones del país, compitiendo a ver cuál era el mejor. Todos con diferentes acentos pero sin duda con algo en común, el amor por los aviones.
Aprendimos, entre otras cosas, aerodinámica básica, remachado, limado, corte, materiales, sistemas del avión, fraseología aeronáutica, ferretería aeronáutica, soldar, electricidad, algo de inglés y mucha ética profesional.
En esos tiempos había muy pocas mujeres, pero eso cambió en muy poco tiempo, llegando a ser casi mitad y mitad, luego nos enteramos que en Estados Unidos, casi todos los constructores de aviones en la segunda guerra mundial eran mujeres, los hombres estaban en el frente de batalla, ahí conocí la historia de Rosie, la remachadora, cazas y bombarderos, buques y tanques de guerra eran hechos con manos delicadas. En esos momentos también los jóvenes mecánicos competían para ganarse su ascenso a ingenieros de vuelo, pero no todos los jefes estaban dispuestos a soltar a sus mejores mecánicos que eran sus manos derecha en una época en que no estaba tan sofisticado los sistemas de las aeronaves y el buen ojo y mucho estudio podían reconocer la falla y la solución, muchas veces en aviones cargados de pasajeros listos para ser despachados, cilindros reventados en motores radiales de varias hileras y esos “dementes” que los cambiaban en menos de hora y media, ni siquiera lo dejaban enfriar. Sabías que estabas mejorando cuando te designaban en protección de vuelos, ya no caminabas, levitaban.
Hoy día las cosas son más estrictas, los aviones son enormes y más sofisticados, no se permite que un mecánico haga un trabajo si no tiene el manual abierto, un inspector recibe su trabajo y los de ingeniería ya lo habían definido antes de que alguien le metiera mano. La seguridad (safety) en el trabajo es una prioridad y no es aceptada que sea pasada por alto solo por la premura de poner un avión en servicio. No es necesario decir que tiene en sus manos equipo que vale millones y que un daño grave tendría pérdidas incalculables inclusive solo por lucro cesante.
Las especialidades son una encrucijada qué escoger ¿motores, estructuras, aviónica?
Ser parte de ese maravilloso equipo no es gratis, si no estudias y te actualizas, te quedas cada día más rezagado hasta el momento que tus conocimientos no valen para nada, la sofisticación no para, lo que era actual hace dos años ya es obsoleto hoy, ese es el motivo por el cual los aviones ya no los hacen para que dure tantas décadas, la electrónica, y el estudio de nuevos materiales van casi a la misma velocidad de crucero de los aviones modernos, el avión te “dice” mucho antes de aterrizar donde es que tiene la falla y que equipo debes cambiar, al piloto, literalmente lo acusa, si hace un procedimiento salido de los estándares de operación.
Hace un tiempo (bastante ya) estaba un avión carguero listo para ser remolcado, un Caravelle SE210, era más o menos la medianoche, el avión tenía encendido eléctrico y al momento de arrancar el primer motor no hubo rotación, intentaron con el otro y tampoco lo hizo, ni modo, las baterías habían fallado o algo en su sistema (tenía muchas baterías, varios relevos y hasta una gran resistencia eléctrica, varios intentos y nada, llegaron los mecánicos más experimentados y cambiaron las baterías y la resistencia, nada, la falla persistía. Un joven pasante dijo: no es el sistema eléctrico, bajo’ a ver y subió de nuevo, “los motores de arranque giran”, estás loco, dijo uno de los CACAOS de mantenimiento y bajo’ a ver, efectivamente los motores eléctricos de arranque giraba pero no la turbina, el muchacho tenía razón, los ejes fusibles se habían cizallado, yo en silencio vi toda la escena y sentí una gran admiración por el pasante, sabía que tenía un gran futuro y al cabo de dos años ya estaba haciendo curso para ingeniero de vuelo en el B 727.
Cuando uno visita un hangar en un cambio de motor, todo es una coreografía, cada uno tiene sus dutys específicos y uno solo es el que dirige todo, no se escuchan varias voces a la vez. Uniformes impecables y herramientas de marca, de las cuales ellos se sienten orgullosos.
Yo siempre que llego a volar, empiezo mi chequeo del avión mucho antes de estar en él, uno de los muchachos me acompaña a hacer el walk around y le voy explicando cosas, sé que las ruedas están con la presión correcta, que no hay escapes de fluidos, que todo a la vista está perfecto (ya muchos ojos antes de los míos lo han chequeado minuciosamente) me subo al avión y no tengo la menor duda que lo que NO se ve está también perfectamente porque los que lo han reparado son todos unos PROFESIONALES. Uno de mis jefes de mantenimiento preferido es El PERRI, tiene muchos tatuajes y canta en una banda Punk, es todo sonrisas y sus subalternos lo adoran, nunca deja de estudiar, si me dice que el avión está bueno (aunque lo vea aporreado) me subo sin dudar.
También tengo un título en mantenimiento y varias licencias técnicas, y aunque ahora a los muchachos les gusta que les digan técnicos, yo prefería el término MECÁNICO DE AVIACIÓN, tal cual aparece en mi diploma del SENA.
Salomón Rodríguez, un viejo y confiable mecánico de aviones que luego de estar en patio por largos años pasó a convertirse en un ingeniero de Boeing 727, nos chequearon el mismo día en el simulador (día que cumplía mis primeros 30 años) y no podíamos estar más felices, ya había volado antes como mecánico de vuelo de todos los modelos de Caravelle SE 210, un hermoso avión francés de dos turbinas. Hace poco dejó este mundo, sus miles de horas de vuelo y sus innumerables aeromodelos que le gustaba construir y volar, un ejemplo de honradez y dedicación, además de un gran amor por las máquinas que vuelan.
VE EN PAZ MI QUERIDO AMIGO.