¿Sabías que tu vuelo se puede demorar debido a tormentas eléctricas sobre el aeropuerto? Te cuento los motivos de esto, que principalmente es por seguridad de todos los actores.
Tal vez nunca te pasó o incluso, jamás habías oído que los vuelos se pueden demorar y hasta cancelar debido a tormentas eléctricas, pero ¿a qué se debe esto? Vamos a revisar los motivos y les voy a contar mi experiencia reciente, donde en total mis vuelos se demoraron 6 horas por este motivo.
Tormentas eléctricas y vuelos demorados
Las tormentas eléctricas, con sus imponentes rayos y torrenciales lluvias, representan un fenómeno natural que exige precaución en todos los ámbitos, incluyendo la aviación. La seguridad de pasajeros, tripulación y aeronaves es la prioridad absoluta, por lo que los aeropuertos se ven obligados a suspender sus operaciones temporalmente cuando se presentan estas condiciones climáticas adversas.
Suena muy lógico, imagínate la cantidad de rayos que se producen y estos pueden impactar en tierra, afectando equipos, pero sobretodo, poniendo en riesgo la integridad y seguridad del personal en tierra quienes trabajan al aire libre.
Ahora les cuento mi experiencia, llegué en vuelo de United desde Quito a Houston y justo, sí justo, empezó una gran tormenta eléctrica sobre el aeropuerto. El resultado: las primeras 3 horas de demora que debí esperarlas sentado dentro del avión todo ese tiempo.
Después, mi viaje continuaba en conexión hacia Los Ángeles, por la demora de mi llegada debido a que todo se suspendió en el aeropuerto afectando a cientos de vuelos, perdí esa conexión y me tocó esperar varias horas en Houston para mi nuevo vuelo, pero la aventura no terminaría ahí. Embarcado en mi vuelo reprogramado, sí ya adivinarán lo que pasó, otra tormenta eléctrica se posicionó sobre el aeropuerto y otras 3 horas me tocó esperar dentro del avión, sumando las 6 horas exactas, si sumamos todas las horas dentro del avión debí haber llegado a Europa jajaja.
Bueno, la aventura dejó muchas enseñanzas y aprendizajes de volar, nunca me había pasado que se demoren mis vuelos por tormenta y aproveché para generar el contenido que están leyendo y este video también que lo encuentran en mi canal de YouTube (está muy entretenido :D)
Los riesgos de las tormentas eléctricas en la aviación
Ahora sí, con esa introducción de mi historia con las tormentas, vamos a detallar a profundidad los riesgos que genera que las operaciones se suspendan en los aeropuertos, sé que es muy molesto perder conexiones y esperar tantas horas, pero en aviación la seguridad siempre será primero.
- Impactos de rayos: Los aviones, a pesar de estar construidos para minimizar su efecto, no son inmunes a los impactos de rayos. Un rayo puede causar daños en sistemas eléctricos, instrumentos de navegación y estructuras del avión, poniendo en riesgo la seguridad del vuelo. Esto se suma también al gran riesgo que corre el personal en tierra que manejan equipos metálicos al aire libre y su seguridad es primero que el horario de nuestro vuelo.
- Viento turbulento: Las tormentas eléctricas generan fuertes corrientes de aire ascendentes y descendentes, conocidas como cizalladura del viento. Estas turbulencias repentinas e impredecibles pueden dificultar el control del avión, especialmente durante las maniobras de despegue y aterrizaje.
- Reducida visibilidad: La intensa lluvia y la nubosidad asociada a las tormentas eléctricas pueden reducir considerablemente la visibilidad para los pilotos, dificultando la navegación visual y aumentando el riesgo de colisiones.
Parámetros para la suspensión de vuelos
Tal vez podrías decirme: pero Nicolás yo he visto tormentas eléctricas por el aeropuerto y no se ha suspendido ningún vuelo. Pues te cuento que hay parámetros que determinan cuándo y cuánto tiempo se suspende las operaciones, en aviación, nada es al azar.
La decisión de suspender las operaciones no se toma a la ligera. Los aeropuertos y las aerolíneas se basan en estrictos protocolos y parámetros meteorológicos para determinar cuándo es necesario detener los vuelos. Estos parámetros incluyen:
- Distancia a la tormenta: En general, las operaciones se suspenden cuando la tormenta eléctrica se encuentra dentro de un radio de 5 millas náuticas (aproximadamente 8 kilómetros) del aeropuerto.
- Tiempo de caída de un rayo: hay un parámetro muy interesante que determina que si un rayo cae en el radio de 5 millas, se activa un cronómetro de 10 minutos, dentro de los cuales no debe caer ningún rayo para reactivar las operaciones. Si cae un rayo, el cronómetro se reactiva y la cuenta empieza de cero.
- Intensidad de la actividad eléctrica: Se toma en cuenta la frecuencia de los rayos y la severidad de la tormenta. Una tormenta con mayor actividad eléctrica representa un mayor riesgo y por lo tanto, una mayor probabilidad de suspensión de vuelos.
- Pronósticos meteorológicos: Se monitorean los pronósticos para determinar si la tormenta se aproxima al aeropuerto o si cambiará de intensidad en el corto plazo.
Es importante destacar que la suspensión de vuelos durante las tormentas eléctricas no es una decisión arbitraria, sino una medida necesaria para garantizar la seguridad de todos los involucrados en la aviación. Los aeropuertos y las aerolíneas cuentan con planes de contingencia para minimizar las molestias a los pasajeros y reanudar las operaciones lo antes posible, una vez que las condiciones meteorológicas lo permitan.
Si algún día te pasa esto, te recomiendo mantenerte informado sobre el estado de su vuelo y seguir las instrucciones del personal del aeropuerto o la aerolínea quienes siempre te ayudarán. Baja la app de la aerolínea, donde podrás reprogramar tú mismo el vuelo o incluso, cambiarlo de fecha según tus necesidades.
En resumen, las tormentas eléctricas, si bien son un espectáculo natural impresionante, representan un riesgo significativo para la seguridad aérea. La suspensión temporal de las operaciones en los aeropuertos durante estas condiciones climáticas adversas es una medida crucial para proteger a pasajeros, tripulación y aeronaves.
¿Te ha pasado alguna vez? Cuéntamelo en los comentarios.
