La historia de TAME a color

Vamos a revisar la historia de la ahora desaparecida aerolínea histórica ecuatoriana TAME, con un recuento de su flota e increíbles fotos a color.

Realizado por: Historiador Aeronáutico Guido Chávez con información personal y de otras fuentes.
Fotografías: archivo personal de Guido Chávez, agradecimiento a los autores. Y algunas fotos de Nicolás Larenas

Durante casi seis décadas, Transportes Aéreos Militares Ecuatorianos (TAME) fue un pilar fundamental del sector aéreo de Ecuador. A diferencia de las aerolíneas civiles tradicionales, TAME nació y permaneció bajo los auspicios de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), representando un modelo distintivo de aviación militar al servicio de las necesidades civiles. Esta doble identidad permitió a TAME desempeñar un papel crucial en la integración nacional, conectando los diversos paisajes de Ecuador desde los Andes hasta la costa del Pacífico, y desde la Amazonía hasta las Islas Galápagos. Como entidad militar operando en el ámbito civil, TAME encarnó el enfoque innovador de Ecuador para aprovechar los recursos de defensa en beneficio del servicio público y el desarrollo nacional.

La historia de Tame que debió seguir

El 4 de diciembre de 1962, TAME nació de la propuesta visionaria del Coronel Luis Ortega de la Fuerza Aérea Ecuatoriana. El plan integral de Ortega para una aerolínea incluía esquemas detallados de organización, finanzas y administración. Con el respaldo crucial del Comandante General de la FAE, Guillermo Freire, el sueño de Ortega se transformó rápidamente en realidad.

Las operaciones de la nueva aerolínea comenzaron en la Base Aérea Mariscal Sucre en Quito, hogar del Ala de Transporte N° 11 de la FAE. Solo trece días después de su creación oficial, el 17 de diciembre de 1962, el vuelo inaugural de TAME surcó los cielos, marcando el comienzo de una era que reconfiguraría el panorama del transporte en Ecuador.

La Flota Inicial: La era de Douglas

El viaje de TAME comenzó con una flota de Douglas C-47, aeronaves que epitomizaban la versatilidad tanto en roles militares como civiles. Estos robustos caballos de batalla, ya probados en el servicio de la FAE, hicieron una transición sin problemas a las operaciones de TAME mientras mantenían su estatus militar. La flota de C-47 se expandió a través de diversos medios: algunos llegaron a través de programas de ayuda militar de los Estados Unidos, otros fueron adquiridos en mercados civiles, y varios fueron reasignados de otras tareas de la FAE. Para diciembre de 1963, las operaciones de TAME eran respaldadas por diez C-47, con nueve volando activamente.

El servicio de los C-47 con TAME estuvo marcado tanto por triunfos como por desafíos. El 6 de septiembre de 1969, dos TAME C-47 (FAE-4341 y FAE-1969) fueron secuestrados en una operación terrorista coordinada. Las aeronaves, secuestradas bajo el nombre de «Operación Ho-Chi-Minh», fueron obligadas a volar a Cuba vía Panamá y Jamaica. Este evento resaltó los riesgos únicos que enfrentaba una aerolínea operada militarmente que servía a rutas civiles.

A medida que las ambiciones de TAME crecían, también lo hacía su necesidad de aviones con mayor alcance y capacidad. Entre 1963 y 1975, la aerolínea adquirió estratégicamente siete Douglas DC-6B, marcando un salto significativo en sus capacidades operacionales. Estos aviones de hélice de cuatro motores, con sus cabinas presurizadas y un impresionante alcance de 4,000 millas, fueron un punto de inflexión para TAME. Algunos de estos DC-6B fueron antiguos aviones de United Airlines, aportando un toque de historia de la aviación internacional a los cielos de Ecuador.

Los DC-6B desempeñaron un papel fundamental en el establecimiento y mantenimiento de rutas hacia las Islas Galápagos, un desafiante vuelo de 600 millas sobre el agua desde el Ecuador continental. Este nuevo servicio no solo impulsó la industria turística del país, sino que también fortaleció las conexiones con el archipiélago ecológicamente crucial. Con una capacidad de hasta 102 pasajeros y una velocidad de crucero de 315 mph, estas aeronaves mejoraron significativamente la capacidad de TAME para satisfacer la creciente demanda en rutas populares.

La modernización comienza: La era de los turbopropulsores

El amanecer de los años 70 marcó una nueva fase para TAME, caracterizada por la introducción de aviones turbohélice más modernos. En 1970, TAME comenzó a integrar aviones Hawker Siddeley 748, también conocidos como Avros, en su flota. Estos turbohélices de fabricación británica representaban un salto tecnológico significativo. Con sus cabinas presurizadas y una velocidad mejorada, los Avros permitieron a TAME ofrecer un servicio más cómodo y eficiente. A lo largo de los próximos años, TAME adquiriría un total de cinco Avros, reemplazando gradualmente los envejecidos C-47.

La modernización continuó entre 1974 y 1975 cuando TAME adquirió seis Lockheed L-188 Electra. Estos turbohélices de cuatro motores jugaron un papel crucial en la expansión de los servicios nacionales e internacionales de TAME. Los Electra eran particularmente adecuados para servir las rutas costeras de Ecuador y los destinos cada vez más populares de las Galápagos. Su largo alcance y alta velocidad los hacían ideales para conectar las principales ciudades de Ecuador con las islas, consolidando aún más el papel de TAME en el creciente sector turístico del país.

La Era del Jet: Boeing y más allá

La entrada de TAME en la era del jet comenzó en 1981 con la introducción del Boeing 737-200, afectuosamente apodado «Ciudad de Loja» en honor a la ciudad sureña de Ecuador. El 737 se convirtió rápidamente en un caballo de batalla de la flota de TAME, sirviendo tanto en rutas nacionales como internacionales de corto alcance.

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Entre 1984 y 1985, la aerolínea introdujo el Boeing 727-100 en su flota, mejorando significativamente sus capacidades de medio alcance y capacidad de pasajeros. Sobre la base de este éxito, TAME actualizó aún más su flota entre 1991 y 1999 con la adquisición de modelos Boeing 727-230. Estas variantes avanzadas ofrecían mejoras notables en eficiencia de combustible y alcance en comparación con sus predecesores.

A principios de la década de 2000, TAME operó brevemente un Boeing 757-200 (matrícula mexicana XA-RLM) para atender necesidades urgentes de capacidad en rutas específicas. Aunque no estaba destinado a ser una adición a largo plazo a la flota, el despliegue temporal del 757 demostró la agilidad de TAME para adaptarse a cambios repentinos en el mercado.

La conexión holandesa: Fokker F-28

Para cubrir rutas con menor demanda, TAME incorporó a su flota en 1985 dos aviones Fokker F-28 Fellowship. Estos jets pequeños demostraron ser valiosos para las operaciones regionales, en particular en el corredor Quito-Tulcán-Cali. A pesar de un revés en enero de 2003, cuando un F-28 sufrió daños irreparables en un accidente en el Aeropuerto Mariscal Sucre de Quito, TAME reemplazó rápidamente el avión perdido, manteniendo la capacidad y la flexibilidad operativa de la flota hasta su retiro en 2009.

Hacia el nuevo milenio: un sabor europeo

Al entrar en el siglo XXI, TAME comenzó a alquilar aviones Airbus A319 y A320. Estos modernos aviones de bajo consumo de combustible representaron un gran paso adelante en términos de comodidad para los pasajeros y eficiencia operativa. En los años siguientes, TAME aumentaría gradualmente su flota de Airbus, llegando a operar hasta 12 de estos tipos.

En 2013, TAME alquiló un Airbus A330, su primer avión de fuselaje ancho, destinado a cubrir rutas de larga distancia, en particular a Estados Unidos. Esta medida reflejaba la ambición de TAME de competir en el mercado internacional.

Ingeniería brasileña: la era de Embraer

A partir de 2006, TAME comenzó a incorporar aviones del fabricante brasileño Embraer, añadiendo dos ERJ170 y cinco ERJ190. Estos modernos aviones proporcionaban un punto intermedio perfecto entre los aviones más pequeños de TAME y su flota más grande de Boeing y Airbus, mejorando la flexibilidad de la red y la economía operativa de la aerolínea.

En un desarrollo relacionado, TAME se asoció con SAEREO, una pequeña aerolínea ecuatoriana, para operar los servicios TAME Express utilizando un turbohélice EMB120 Brasilia. Este acuerdo le permitió a TAME atender mercados más pequeños y mantener conexiones con comunidades que no podían soportar el servicio de aviones más grandes.

La introducción de estos aviones Embraer mejoró aún más la flexibilidad de la red de TAME y su capacidad para ajustar la capacidad a la demanda. Su aviónica avanzada y la eficiencia del combustible también contribuyeron a mejorar la economía operativa de la aerolínea.

En un desarrollo relacionado que amplió el alcance regional de TAME, la aerolínea se asoció con SAEREO, una pequeña aerolínea ecuatoriana, para operar los servicios TAME Express. Como parte de este acuerdo, se utilizaron un par de turbohélices EMB120 Brasilia en nombre de TAME Express. Estas aeronaves de 30 asientos, aunque no forman parte directamente de la flota de TAME, permitieron a la aerolínea prestar servicios a mercados más pequeños y mantener conexiones con comunidades que no podían soportar un servicio de jets más grandes, cumpliendo así aún más la misión de TAME de brindar conectividad nacional integral.

La Era de los ATR y Kodiak

La última etapa de la historia de TAME estuvo marcada por la introducción de aviones ATR 42-500, turbohélices modernos que ofrecían mayor eficiencia de combustible y menores costos operativos. Entre 2011 y 2012, TAME incorporó tres ATR 42-500 a su flota, destinados a optimizar las operaciones en rutas nacionales y regionales.

Sin embargo, la aerolínea enfrentó diversos desafíos en sus últimos años, incluyendo dificultades financieras, problemas de gestión y competencia en el mercado. A pesar de los esfuerzos de reestructuración y modernización, TAME finalmente cesó sus operaciones en 2020.

Fin de una era

El viaje de 58 años de TAME llegó a su fin en mayo de 2020, en medio de dificultades financieras exacerbadas por la pandemia mundial de COVID-19. Durante años, TAME había estado lidiando con problemas financieros, acumulando una deuda de $500 millones en 2018. La pandemia asestó el golpe final, lo que llevó a la decisión del gobierno ecuatoriano de liquidar la aerolínea como parte de medidas más amplias para reducir el gasto estatal.

El cierre de TAME dejó un vacío significativo en el sector de la aviación de Ecuador, particularmente en el servicio de rutas más pequeñas y menos rentables. También marcó el final del experimento de Ecuador con una aerolínea dirigida por militares que atendiera las necesidades civiles, un modelo que había sido innovador y desafiante a lo largo de la historia de TAME.

El legado de TAME como pionero en conectar las diversas regiones y personas de Ecuador será recordado por mucho tiempo. Su viaje desde una startup respaldada por militares a una aerolínea moderna con ambiciones internacionales sigue siendo un testimonio del progreso de Ecuador durante la segunda mitad del siglo XX y los primeros años del XXI. Mientras Ecuador mira hacia el futuro de su sector de aviación, las lecciones aprendidas de los éxitos y desafíos de TAME sin duda seguirán influyendo y dando forma al enfoque del país hacia el transporte aéreo y la conectividad nacional.

Toda la flota de Tame

Finalmente, el autor nos comparte un listado increíble de todos los aviones que formaron parte de la historia de TAME en una colaboración con Diogo da Conceição (girar la pantalla si están viendo en celular):

Publicado originalmente en LAAHS en Agosto de 2024: www.laahs.com/tame-colors